Daemon, a diferencia del resto de personajes, pasa este episodio inmerso en alucinaciones provocadas por la desgracia de Harrenhal o la magia de Alys Rivers, la bruja local. Su residencia entre los caminos húmedos y desolados de Harrenhal es una experiencia deliciosamente gótica llena de referencias a otros clásicos del género. En sus visiones, Daemon sigue al doble yo y decapita a la joven Rhaenyra, tal como Luke Skywalker decapitó a Darth Vader para ver su verdadero rostro en “El Imperio Invasor”. También se les ve con las manos ensangrentadas mirando a Lady Macbeth. Sus alucinaciones comienzan con una visión de una cabra negra que podría ser similar a Black Phillip de la película de terror de Robert Eggers “La Bruja”. Ésta no es la mente estable que uno necesita para hacer los ejercicios.
Por otro lado, ni Aemond, ni Criston, los despiadados líderes de los Verdes, ni Aegon, que sólo intentaba llegar hasta su hermano y la Mano, hicieron ningún esfuerzo por eliminar a sus enemigos. A pesar de sus muchos defectos, las Reinas Negra y Verde son las mayores defensoras de los Siete Reinos contra la destrucción total.
Al menos ahora. Es posible que Alicent se haya dado cuenta de que su futuro esposo, Viserys, no tenía intención de que su hijo Aegon se sentara en el Trono de Hierro. Pero también me di cuenta de que no era importante.
“Se le ocultó el significado de las intenciones de Viserys”, le dice Larys Shortfoot al recién nombrado maestro de buceo de su hijo. “Sí, está muerto”, coincide. Como decía otro episodio de HBO: “Si ella es una mentirosa, entonces nos estamos burlando de la mentirosa. Pero tenemos que jugar”.
Rhaenyra se da cuenta de que no se puede razonar con Alicent. Su determinación de ir directamente a la batalla sorprendió a sus asesores, quienes en su mayoría confundieron su piedad o cultivaron su debilidad. Afirmaron que simplemente estaban tratando de asegurarse de que no hubiera otra manera que abandonar el fuego del dragón.
El episodio resultó ser la respuesta estadounidense a la melancólica y conmovedora película de criaturas del año pasado “Godzilla Minus One”, la primera película de Godzilla en ganar un Premio de la Academia a los Mejores Efectos Visuales. El director Takashi Yamazaki, que también escribió y supervisó los efectos visuales, siguió los pasos de la original “Godzilla” (1954) de Ishiro Honda y la oscura “Shin Godzilla” (2016) de Hideaki Anno, presentando al Rey de los Monstruos como un ser radiactivo y un horror primitivo contra la guerra, la crueldad, la estupidez y el ataque constante de la civilización a sus propios habitantes. La muerte de los dragones en este contexto es un reflejo de nuestro mundo en llamas.