-¿De dónde vienen los recursos? Yo pago el evento, la logística. Con recursos propios”, respondió serenamente Adán Augusto López a los reporteros. No acepté el financiamiento público que me ofreció Morena y, por lo tanto, estoy a cargo del viaje.
Apenas había pasado una semana desde que comenzó la carrera interna de Morena por la candidatura presidencial y el exsecretario de Gobernación ya llevaba varios días en el centro de las críticas de sus compañeros de partido y de los medios de comunicación, quienes señalaban la ostentosa campaña que había desplegado. El exfuncionario ignoró todo. Dijo que las decenas de vallas publicitarias y vallas pintadas que han aparecido en Estados Unidos para promover sus intenciones políticas no cuentan con su aval, que le son “ajenas”, y que incluso ha presentado 250 denuncias “contra quien sea responsable”. ” (de querer que sea el candidato presidencial). “Son expresiones ajenas a nuestro equipo de trabajo. No tienen mi autorización”, explicó el pasado lunes en Culiacán, la capital de Sinaloa.
La dirigencia de Morena se impuso a la tapas —nombre coloquial que se le da a los aspirantes— un límite de gasto de cinco millones de pesos para financiar sus campañas en los 70 días previos a la encuesta que se realizará para definir quién encabezará el partido que sucederá a Andrés Manuel López Obrador. Adán Augusto, como se le conoce popularmente, dijo que no aceptaría el dinero y ha pedido que los recursos se utilicen para remodelar hospitales en cuatro municipios pobres de Guerrero, Aguascalientes, Veracruz y Oaxaca. El diputado del Partido Laborista Gerardo Fernández Noroña, otro de los candidatos, ironizó: “Está muy bien que haya renunciado [al financiamiento]. Pero hubiera sido genial que lo que se invirtió en vallas publicitarias también se invirtiera en hospitales”.
Adán Augusto, de 59 años, ha insistido en mimetizarse con el discurso de austeridad republicana de López Obrador. “No necesito. No necesitamos fondos públicos para hablar con la gente, para estar con ustedes”, dijo desde Sonora, antes de pasar a describir su experiencia casi franciscana con López Obrador, su paisano (ambos son tabasqueños). ), con quien recorrió el país a A principios de este siglo sin dinero, relató, apoyado en la pura solidaridad del pueblo, que nunca faltaba alguien que les diera frijoles, arroz, tortillas, “un tamalito ”, agua dulce.
Abogado y escribano de profesión, hijo de una acaudalada familia tabasqueña, el exsecretario de Gobernación afirma que para hacer campaña y ganarse el favor del pueblo basta con “las tres S”: “suela de zapato, sudor y saliva”. “. . Nunca dinero. “Así se construyó y así vamos a seguir construyendo la Cuarta transformación de la vida pública nacional”, dijo este lunes. Pero las palabras del exsecretario, su prédica sobre la sencillez, contrastan con los multitudinarios mítines a los que acude a hablar en Estados Unidos, los escenarios bien armados, los auditorios cubiertos y repletos de sillas y gente, las camisetas que se regalan lejos, los sombreros, los paraguas. En una visita a Guadalajara la semana pasada, apenas iniciando su campaña, sus operadores repartieron efectivo a los asistentes a su mitin, según constató Reforma. El exsecretario se desmarcó de la compra de testamentos, dijo que no sabía nada al respecto y acusó: “Esta es una estrategia perversa de los medios como ‘Deforma’ y Televisa. Claro que están en campaña y están ahí por acuerdos económicos inconfesables”.
El senador Ricardo Monreal, otro de los tapas, señaló en entrevista con este diario que Adán Augusto construyó la estructura electoral más grande del país durante el tiempo que estuvo al frente de la Secretaría de Gobernación, y que la mitad de los gobernadores de Morena han operado a su favor (la otra mitad lo han hecho para la exjefa de gobierno Claudia Sheinbaum, según Monreal). Lo que sí es un hecho es que las actividades proselitistas del peticionario fueron difundidas a través de los canales oficiales de comunicación del organismo desde antes de que presentara su renuncia a la secretaría, lo que podría constituir un desvío de recursos públicos. Los boletines institucionales dicen: “Adán Augusto López sostiene la voluntad de continuar la obra transformadora del presidente López Obrador”; “Reunión ciudadana de Heads Adán Augusto López con más de 35.000 asistentes”; “Los caminos de la lealtad son siempre rectos y no pueden tener recodos, dice Adán Augusto López”.
La exsecretaria ha dado muestras de pragmatismo y ha forjado alianzas con personajes cuyo pasado ha causado disconformidad dentro del movimiento obrero. Dos dirigentes protestaron fichaje del diputado federal José Luis Flores Pacheco, amigo de Alejandro alito Moreno —líder priísta— y operador de Adán Augusto en el sureste, y de Miguel Ernesto Pompa Corella, el potro, exsecretaria de Gobierno del PRI Claudia Pavlovich y operadora en Baja California Sur. Una fuente de la sala de guerra del exsecretario ha confirmado a este diario los nombres de otros políticos de la estructura de Adán Augusto: en Coahuila, el senador José Ramón Gómez Leal, cuñado del polémico exgobernador panista Francisco García Cabeza de Vaca, está a cargo, y en Zacatecas está Ricardo Peralta, quien salió de la Aduana en medio de una investigación de la Fiscalía por posibles delitos de corrupción y narcotráfico de funcionarios a su cargo. El coordinador de campaña de Adán Augusto es el diputado y exgobernador de Michoacán Leonel Godoy.
En esa primera semana de giras por Estados Unidos, el periodista Carlos Loret de Mola, de latino —medio con el que el Gobierno ha mantenido un pulso constante—, difundió el precio de uno de los relojes que usó la exsecretaria: $50.000. Días después, De Mola anunciaba el valor de otro reloj visto en la muñeca de Adán Augusto: 68.500 euros. El exfuncionario respondió atacando al periodista: “Es un mercenario, es pura guerra sucia, es un pistolero a sueldo”. En otra ocasión se refirió a él como “hombrecito”. Sin embargo, nunca explicó el origen de los relojes, si los compró él o alguien se los regaló.
Adán Augusto también se quejó de que Televisa No ha dado cobertura a sus hechos, ni como secretario de Gobernación ni como candidato presidencial. “Televisa me desapareció”, reprochó. “Ni siquiera muestran mi fotografía en sus noticias”. Luego afirmó que no necesita la prensa: “No quiero sus entrevistas, porque la única entrevista que me interesa es con ustedes, con la gente”, dijo en Mazatlán (Sinaloa). En eso, el exfuncionario también se comparó con López Obrador, y recordó cómo en las elecciones de 2006 los medios crearon un cerco informativo en torno al líder. “Recordarán como decíamos: ‘Si este pueblo se organiza, no nos va a ganar Televisa‘. y ella no gano televisióna, ganó el pueblo”, celebró. “¡Y vamos a ganar de nuevo!”
El martes, obligado por las críticas, el aspirante finalmente mostró sus gastos en Sonora de la primera semana de campañas. Lo hizo “sin tener una obligación legal, sino una obligación moral”, dijo. Escribió todo a mano en una hoja de papel: comidas, transporte, alojamiento, logística del evento. Total: 395.683 pesos. “Ya le he dado a mi partido el comprobante de gastos, que vienen de mis propios recursos, de los ahorros de mi vida”, insistió. Allí dijo que también había cobrado un cheque por 50.000 pesos para pagar en efectivo “gastos menores”: un paseo en una pulmonía (carrito de golf) por 400 pesos, una dona en una panadería por 18 pesos. No mencionó otros gastos.
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