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Elecciones en México: Es Claudia, salvo que…

Todos tenemos hermanos de sangre o de vida, pero es cierto que nos sentimos más cerca de unos que de otros. Andrés Manuel López Obrador insiste en que Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Adán Augusto López son sus hermanos y ha puesto a los tres a competir por la sucesión a muchos meses de las elecciones. Pero claramente tiene un favorito. Entre otras cosas, es notoria la forma en que cubre a la jefa de gobierno cuando algo daña su imagen. No sólo es la más cercana en términos ideológicos, en sentido estricto es la única que se formó en la izquierda obradorista. Y, por lo demás, AMLO quiere que su legado sea percibido como el capítulo fundacional de una nueva era; no está interesado en la posibilidad de que otro simplemente lo convierta en un puente hacia otra cosa o se convierta en otra figura política dominante.

Claudia Sheinbaum ocupará la silla presidencial a partir del 1 de octubre del próximo año, salvo algún imponderable en las dos instancias decisivas: la postulación y las elecciones presidenciales.

Nominación

El candidato y muy probable presidente de México será quien gane la encuesta que Morena realizará a la población abierta el próximo otoño. La experiencia de los gobernadores muestra que la gran mayoría de las veces, el ganador ha sido el que los votantes consideran el favorito del presidente. Por el momento, Sheinbaum es un claro líder en intención de voto entre los simpatizantes de Morena y, incluso antes de los incidentes de Metro, había comenzado a empatar y en ocasiones superar a Ebrard en las elecciones abiertas de población. Podemos suponer que el impacto de la imagen reducirá la inercia de su crecimiento, pero es probable que el peso de sus soportes la mantenga por encima o a la par de su oponente. Pero incluso si estuvieran empatados en la encuesta final, Sheinbaum tendría otros factores a su favor.

Por un lado, las estructuras de las 22 entidades federativas en las que gobierna el obradorismo y sus aliados se volcarán, en su mayoría, hacia el favorito del presidente. Algunos ya lo hacen. Por otro lado, sigue existiendo una zona opaca en la metodología de Morena en cuanto a la designación de candidatos. Habrá dos encuestadoras independientes (además de las propias), pero estas empresas aplicarán las preguntas que defina el partido, algo que aún no se ha hecho. El problema es que algunas preguntas tienen un peso específico mayor que otras en la nota final. Por ejemplo, la honestidad puede valer el doble que el reconocimiento o viceversa. Y sabiendo, por encuestas anteriores, en qué temas un candidato es más fuerte que otro, la ponderación y la definición misma de las preguntas favorecerán inevitablemente a uno más que al otro. No digo que esto vaya a suceder, pero la cantidad de subjetividad que tienen estas preguntas y consideraciones podría dar lugar a dobles lecturas si el proceso no es absolutamente neutral o transparente. El historial documentado de violaciones y opacidades en los procesos internos de Morena hace necesario mencionarlo. La evidente inclinación de cuadros y dirigentes, también.

Me parece que la única forma en que Marcelo Ebrard mantendría la nominación sería llegar al momento de la definición con un amplio margen de ventaja. Tal ventaja que no requiere un Foto final que podría ser adverso. Y esa ventaja no se va a dar a menos que en algún momento rompa la inercia actual, se despida y se vaya de campaña abierta. Sus tareas como Canciller no son las más propicias para el trabajo territorial que requiere conseguir adeptos. El otro factor serían imponderables o errores políticos capaces de dañar seriamente la popularidad de Claudia Sheinbaum, algo que escapa al control de su adversario. Y, por lo demás, tengo la impresión de que Adán Augusto López es el plan B de algunos obradoristas en caso de una debacle inesperada en su dedo del pie.

En este momento, las probabilidades están a favor de Claudia Sheinbaum. Y no digo que para ganar necesariamente necesite una mano negra. Para decirlo en términos futbolísticos (ahora que los futbolistas están apoyando a los candidatos), digamos que ella es la contendiente más fuerte y, además, juega en casa. Esperemos que el resultado final no sea uno que se atribuya a decisiones controvertidas del árbitro. Con todo, habría que reconocer que el presidente ha afirmado que la encuesta será para población abierta. La mayoría de los partidos en el mundo toman la decisión entre sus líderes y/o militantes. En tal caso, las posibilidades de Ebrard habrían sido nulas.

la elección presidencial

El peso territorial y la intención de voto que tiene Morena, el desprestigio del PRI y el PAN, y el escaso atractivo de los candidatos opositores, no auguran sorpresas desagradables para el candidato oficialista. Pero una vez más, y por débil que parezca, la única chance de enfrentar a un rival arriesgado reside, una vez más, en Marcelo Ebrard.

El Canciller ha dicho una y otra vez que, en caso de perder, se mantendrá fiel al gobierno de la 4T y no competirá contra el candidato oficial. Pero también ha insistido en pedir piso parejo en la competencia. Ha pedido debates públicos entre los candidatos, separarse de sus cargos para hacer campaña abiertamente, definir metodologías de manera transparente. Eso podría darle una oportunidad real de generar intención de voto entre la población. Sobre el papel es el expositor con más mesas. Por ahora, Morena y sus rivales han ignorado estas propuestas. Lo que justifica preguntarse qué haría Marcelo si atribuyera una derrota a las malas artes, sea verdad o sea una mera percepción. ¿Intentaría convertirse en candidato de los partidos de oposición? ¿Lo aceptarían? Son cuestiones especulativas y no podemos dar nada por sentado; Muchos priistas culpan a Marcelo por su pasado camachista; otros panistas no votarían por un expriista y exmorenista. Pero también es cierto que Ebrard sería infinitamente más competitivo que las opciones de Claudio X, Lilly Téllez, Enrique de la Madrid o Santiago Creel, candidatos meramente testimoniales. Ni hablar de la posibilidad de recibir el apoyo de Movimiento Ciudadano, que este último no tendría.

Pero no, Marcelo Ebrard no lo tiene fácil para hacerse con la candidatura de Morena ni para ganarle a este partido de la oposición, en el hipotético caso de que optara por esta posibilidad. Y sin embargo, es la única variable suelta en los planes de quienes despachan en los dos palacios del Zócalo.

@jorgezepedap

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