Con una frontera que supera los 3.000 kilómetros entre Estados Unidos y México, el tema migratorio es una de las políticas más duras entre ambos países, que sale a relucir cada cierto tiempo, casi siempre con polémica. La última tensión tiene que ver con el pasado y surge tras las declaraciones de Martha Bárcena, embajadora de México en ese país entre 2019 y 2021, quien ha dicho que el canciller Marcelo Ebrard negoció en secreto con la Administración de Donald Trump el programa ‘Quédate en México’ . México’, a través del cual miles de migrantes fueron devueltos mientras se resolvían sus trámites en Estados Unidos. Secretamente, según Bárcena, quiere decir que el presidente Andrés Manuel López Obrador no sabía de esas negociaciones, con las que se evitó la imposición de aranceles comerciales a México, y que ella misma, como diplomática, también fue engañada. Ebrard ha salido a defenderse esta mañana acusando a Bárcenas de guardarle un “rencor obsesivo” y asegurando que siempre mantuvo informados al presidente y al Senado de todo lo ocurrido en aquellos días. Para completar la defensa, López Obrador ha acusado a la diplomática de situarse definitivamente “en el bloque conservador”.
“Desde que dejó el cargo, la embajadora se ha dedicado a calumniarme por todos lados. Su gran objetivo no es la verdad, sino ver cómo me duele todos los días”, afirmó Ebrard en la conferencia matutina, donde argumentó que, si no le hubiera informado al presidente de los trámites que se estaban realizando, hoy no lo haría. ser canciller “Nunca hubo una decisión o acción que tomé ocultando la información al presidente”.
Bárcena ha sostenido en entrevistas públicas que la polémica medida conocida con el eufemismo del “Tercer País Seguro”, mediante la cual México colaboró con Estados Unidos para impedir el ingreso de migrantes a su territorio, no fue una imposición de Trump, sino el resultado. de una negociación bilateral. Acepta como buena la versión del exsecretario de Estado de Trump, Mike Pompeo. Ebrard, sin embargo, ha explicado que informó puntualmente al Senado de las intenciones de Estados Unidos de “imponer” dicha medida. Les dijo, según ha declarado, que para eso amenazaban con aranceles y que, por tanto, “hacía falta un acuerdo político unánime, que se consiguió, ahí están los documentos”, ha apuntado el canciller.
Ebrard ha enmarcado estas declaraciones en el rencor que, a su juicio, mantiene el exembajador contra él y ha sugerido que la polémica tiene que ver con cuestiones electorales, de campaña. Tiene derecho a ella, pero parece muy sui generis que está cuestionando al gobierno del que formaba parte, y yo diría, por qué no lo dijo en su momento, por qué ahora…”.
Bárcena fue la primera embajadora del sexenio de López Obrador en Estados Unidos. Es una diplomática de carrera, pero su relación con el presidente se ha deteriorado con el tiempo. Ella de la Administración de López Obrador ha criticado ciertos nombramientos de embajadores para los que se han utilizado gobernadores priístas, como el caso de Quirino Ordaz, por ejemplo. “Ha sucedido en todos los sexenios anteriores. Lo verdaderamente triste es que López Obrador prometió lo contrario”, dijo Bárcena a este diario cuando se produjo esa cita. Sin embargo, la propia diplomática ha reiterado en un tuit suyo su “respeto y agradecimiento hacia el presidente de la República”, cuya declaración encuentra “irrelevante” respecto a esta polémica. Es ella con Ebrard con quien mantiene la amarga discusión: “[El canciller] ataques, mentiras y calumnias desde el poderoso atril de la mañana. Yo sostengo la verdad desde el retiro, en mi casa. Sin los símbolos del poder”, ha escrito en las redes sociales.
Preguntado por el mandatario si se arrepiente de haber nombrado en su día embajadora a Martha Bárcena, ha negado ese extremo, y ha añadido: “Está diciendo cosas que no son ciertas, no es más que ejercer el derecho de réplica. Lo hemos planteado y lo que dice Marcelo lo apoyo, están haciendo campaña y escriben sus libros”. López Obrador considera que “no debemos callarnos, sino hacer cumplir la transparencia, la regla de oro de la democracia”. “Antes no se podía hablar de estos temas, ahora no hay nada que esconder. Adelante con la polémica, el debate es bueno, porque muestra lo que significa el conservadurismo, quítense las mascarillas, nos vamos a definir claramente, no la política de robos”, apuntó.
El presidente cree que “cada uno es responsable de sus actos y la historia los juzgará por ellos”. Bárcena, ha dicho, es libre de actuar porque considera que “es mucho mejor que la hipocresía, que la simulación”.
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