Algunas personas buscan atención al entrar en una habitación, mientras que otras prefieren pasar desapercibidas. Los ecoístas pertenecen al último grupo y harían cualquier cosa para evitar ser el centro de atención.
¿Qué es el ecoísmo?
Los ecoístas son extremadamente modestos, autoindulgentes y tienden a suprimir sus propias necesidades en favor de las necesidades de los demás. Según Noelia Gómez López, psicóloga de Psicólogos El Prado, los ecoístas anteponen sistemáticamente las necesidades de los demás a las propias: “Podríamos decir que son todo lo contrario de los narcisistas, que priorizan sus propios deseos y necesidades sin preocuparse por pisar a los demás para conseguir lo que quieren.”
El término “ecoísta” proviene de la mitología griega, al igual que el narcisismo. En el mito, la ninfa Eco fue condenada a repetir las últimas palabras que escuchó y enamorarse de Narciso, quien la rechazó como a todos los que se enamoraban de él. El concepto de “personalidad con eco” proviene de esta historia.
No confundir con Empatía
Los narcisistas se esfuerzan constantemente por sentirse especiales, mientras que los ecoístas evitan este sentimiento a toda costa. Aunque suelen parecer amables y empáticos, Gómez López explica que los ecoistas tienen “hiperempatía, baja autoestima, dificultad para poner límites, miedo al rechazo y un alto sentimiento de culpa”. Esto los hace sentir como “los malos” cuando se les pide que prioricen.
Los ecoistas a menudo provienen de un entorno familiar donde aprenden a sacrificarse por los demás.
“Suele ser un entorno con un concepto de familia muy rígido, en el que hay muy poco respeto por los límites personales”, afirma Gómez López. La baja autoestima y el perfeccionismo también son factores de riesgo, al igual que las experiencias con relaciones de poder desequilibradas.
Consejos para ecoistas
Los expertos de Cepsim Psicólogos ofrecen tres consejos para quienes se identifican como ecoístas:
1. No eres inferior a nadie: El mecanismo de afrontamiento que desarrolló en su infancia debería haber pasado desapercibido. No hay nada malo en ser uno mismo. Todos somos igualmente valiosos.
2. El narcisismo no es malo: Reconocer tu valor y tus logros no es negativo ni egoísta, sino natural y necesario. Un narcisismo bien adaptado es esencial para la autorrealización.
3. Refuta lo que evocaron en ti: Como niños, haremos cualquier cosa para recibir cuidado y amor, incluso creer las etiquetas que recibimos. Ahora, con ayuda profesional, podemos desafiar estas creencias y crear nuestro propio presente y futuro.
Relación con narcisistas
Los ecoístas son lo opuesto a los narcisistas egoístas. Esta dinámica puede conducir a relaciones disfuncionales y dañinas.
“El narcisista abusaría cada vez más del ecoista, quien inicialmente se sentiría reconocido pero eventualmente se enojaría porque no se satisfacen sus necesidades”. concluye Noelia Gómez López. “Esto refuerza la baja autoestima del ecoísta y lo atrapa en una relación de la que es difícil salir, provocando consecuencias emocionales e impidiendo una relación equilibrada y feliz”.