La detención este jueves de Ovidio Guzmán, líder de Los Chapitos, una de las facciones del Cártel de Sinaloa, ha dejado al menos 29 muertos, diez de ellos militares y 19 presuntos integrantes del grupo delictivo. Estas son las cifras que entregó este viernes el secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, durante la rueda de prensa matutina del presidente, Andrés Manuel López Obrador. A poco más de un día de la refriega, el presidente ha indicado que “ya no hay bloqueos de grupos armados en las calles. El gobernador me ha dicho que desde ayer están sacando los carros calcinados de las calles”.
Sandoval ha dado más cifras de la batalla. El jefe del Ejército, responsable también de la Guardia Nacional, ha explicado que hay 35 militares heridos por arma de fuego y 21 presuntos miembros de Los Chapitos detenidos. Además, se han incautado “cuatro fusiles calibre 50, seis ametralladoras calibre 50, 26 armas largas y dos armas cortas”. Los militares también se han incautado de 13 vehículos y han inutilizado 40 camiones, 26 de ellos blindados, según datos del alto funcionario.
Ayer fue un día de horror en Culiacán y otras ciudades de Sinaloa. Según Sandoval, patrullas de la Guardia Nacional detectaron un convoy de vehículos sospechosos en la madrugada en un poblado a 45 kilómetros de la capital del estado, Jesús María. “La Guardia Nacional trató de persuadir a estas personas para que salieran de los vehículos para un cateo, pero se negaron, los atacaron y los delincuentes se dieron a la fuga. Luego se alertó al personal militar que se encontraba en la zona para implementar el plan de contingencia y activar el procedimiento de seguridad”, dijo.
Así comenzó una jornada de balaceras, que recorrió desde Jesús María hasta el centro de Culiacán, las vías de entrada y salida de la ciudad y la zona del aeropuerto. López Obrador ha insistido en que actuó “con responsabilidad para que no hubiera víctimas inocentes”. El mandatario ha dejado entrever que las autoridades esperaron a ubicar a Ovidio Guzmán lejos del centro de Culiacán, para evitar el fiasco de hace tres años. En octubre de 2019, el Ejército detuvo al líder criminal en su casa, en el centro de la ciudad, pero la reacción de sus secuaces obligó a los agentes a liberarlo.
“Ha contado con el apoyo del Gobierno del Estado, las autoridades municipales y estatales. Todo eso permitió que las cosas no fueran más difíciles, dramáticas, aun cuando hubo enfrentamientos entre la delincuencia y las autoridades, con corporaciones del Ejército, la Guardia Nacional y grupos criminales”, dijo López Obrador.
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